Debido a las constantes preguntas acerca de los nombres utilizados para los personajes de mi novela “Annabel”, he decidido redactar este escrito desvelando algunos secretos y explicando varios puntos.
En primer lugar, ¿por qué todos los personajes tienen nombres extraños? Veamos; la historia de Annabel transcurre en los lejanos reinos de Káhrameth y Deynmeron, que quedan a bastantes días de viaje de España. Así pues, el rey Wantoshne no podría llamarse José Francisco ni la reina Temssaya respondería al nombre de María, por ejemplo. La mayoría de los personajes tienen nombres típicos de los reinos a los que pertenecen, para cuyas procedencias habría que hacer un profundo estudio genealógico y etimológico que nos llevaría varios meses. Aún así, hay varios nombres que sí tendrían traducciones españolas, como Derahyo, que sería algo así como Darío, o Iudes, que se traduciría como Judas.
Por otro lado, hay personajes como William, la difunta reina Danielle o la propia Annabel, que tienen nombres ingleses. ¿Cuál es la razón de ello? Varias generaciones antes del nacimiento del príncipe William, su antepasada, la reina Maguelín debía desposarse para asegurar la continuidad de la monarquía en Káhrameth. A pesar de los bailes de honor celebrados a lo largo de varios años, tratando de encontrarle un marido digno en los reinos vecinos, ella los rechazó a todos. Así pues, sus consejeros reales recomendaron invitar a los nobles más importantes de la lejana Europa. Acompañando al príncipe de Inglaterra, acudió también a la cita un joven Duque llamado William, gran amigo de dicho príncipe. La reina Maguelín quedó prendada del joven y pocos días después se celebró el enlace. Así pues, el príncipe William toma su nombre en honor a aquel antepasado suyo.
Hay que mencionar que aquel Duque hizo llevar a Káhrameth su biblioteca privada, y poco tardaron en hacerse copias de los ejemplares de su colección y distribuirse por los reinos vecinos, llegando incluso a Deynmeron. De uno de esos libros la madre de Annabel encontró dicho nombre. Por desgracia, no ha trascendido el título de dicha obra y no sabemos a qué Annabel debe su nombre nuestra protagonista.
Para acabar, he de contar que también la madre de William, la difunta reina Danielle, era también inglesa de nacimiento. Durante una visita oficial a las islas británicas, el entonces príncipe Wantoshne conoció a la joven Danielle, hija de unos marqueses de Cornualles, y ambos se enamoraron profundamente.
Así creo haber despejado varias incógnitas acerca de esta cuestión, pero de cualquier modo, quedo abierto a cualquier consulta, a través de Facebook o de mi página web www.tcferri.com.
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